La Factura de Crédito Electrónica (FCE) viene ganando cada vez más
adhesiones entre los empresarios de micro, pequeñas y medianas
empresas a la hora de buscar
financiamiento, tener liquidez y mejorar la rentabilidad.
Si bien por ahí aun muchos de los que conducen Pymes no conocen bien
su funcionamiento, el descuento de FCE puede ser un aliado muy
importante para la salud financiera de su empresa.
En general las Pymes recurren a lo más conocido, la clásica
negociación de cheques, pero esto no significa que en el mercado no
hayan aparecido instrumentos más eficaces a la hora de
fondearse, reducir riesgos y mejorar el balance de la
empresa.
Para quienes no saben, el descuento de FCE tiene entre una de sus
grandes ventajas frente a la negociación tradicional de cheques y es
que posibilita la
reducción de riesgos en el giro comercial y financiero de la
empresa.
Esto radica en que las operaciones de descuento de FCE son
necesariamente sin garantía de pago por parte de la
Pyme, porque así lo determinó la Ley de Financiamiento Productivo que
dio origen al instrumento.
Se trata de un punto muy importante que lamentablemente no es muy
tenido en cuenta por las Pymes proveedoras de grandes empresas, por
partir del erróneo supuesto de que sus grandes clientes no van a
entrar en quiebra. La realidad ya ha demostrado que también las firmas
más reconocidas pueden quebrar y en la Argentina hay casos recientes,
muy reconocidos, que han tomado trascendencia en los medios de
comunicación.
Muchos empresarios Pyme quizás no están al tanto de que cuando una
compañía grande entra en crisis y se produce un concurso preventivo,
puede generarles un grave problema en el flujo de cobros. Sucede que
muchos de los proveedores Pyme de las grandes empresas reciben
habitualmente cheques de pago diferido como cancelación de las
facturas que les emiten por la venta de sus productos o servicios.
En caso de que la compañía grande entre en crisis, los proveedores
Pyme que descuentan dichos cheques quedan obligados solidariamente al
pago a través del endoso de los mismos.
Esta situación no se producirá si en lugar de descontar cheques
diferidos, los proveedores Pyme les solicitan a las grandes empresas
que le acepten las FCE para luego descontar las mismas, ya que en el
caso de que resultaran impagas, los bancos u otros inversores
“descontantes” no tendrán el derecho de reclamarle a la Pyme el
pago.
Por este motivo es que entendemos que la alternativa de
descontar FCE es claramente más conveniente para las Pymes
proveedoras de grandes empresas que la operatoria de descuento de
Cheques diferidos, ya que la primera elimina el riesgo de crédito comercial.